Margalit, Avishai. La Sociedad decente (2010). Paidós.
En esta obra, el filósofo político-social Avishai Margalit argumenta sobre una nueva categoría ético-política: la decencia, la cual plantea la necesidad de construir un nuevo tipo de sociedad más allá del ideal civilizatorio tradicional. Así, ante la pregunta central de su investigación, ¿qué es una sociedad decente?, el filósofo responde inmediatamente: “es aquella cuyas instituciones no humillan a sus ciudadanos”.
A lo largo de cuatro capítulos, Margalit construye su filosofía moral partiendo con esa premisa. Y lo más interesante de este planteamiento es que las instituciones/administraciones son valoradas por la manera en que se comportan con sus ciudadanos en la oferta de sus servicios. Es así como la categoría de la decencia resalta y conecta con otra: la de humillación. Y la humillación es entonces toda conducta que denigra al individuo y a la condición humana en general, provocando malestar. Más concretamente, la humillación se refiere a: el tipo de conducta o condición, causada por el hombre, que constituye una buena razón para que una persona considere que se le ha faltado al respeto. Una conducta que anima al ciudadano, desde su propio sentir, a no querer formar parte de la vida social, de la del país o de una institución.
La secuencia argumental de Margalit es como sigue:
En PRIMER LUGAR…
Aborda las razones por las cuales alguien se siente humillado. Planteado este el escenario, la sociedad decente es la que combate las condiciones que justifican que sus participantes se consideren humillados, o lo que es equivalente, es aquella en que las instituciones no dan razones a sus ciudadanos para sentirse humillados.
Pero una sociedad decente sólo tiene significado en una sociedad con Derechos, y eso porque éstos son condición necesaria para formar los conceptos respeto y humillación que caracterizan la sociedad decente… Así, los Derechos son condición suficiente para no humillar -confieren Dignidad– y la sociedad decente pasa a ser aquella cuyas instituciones otorgan a las personas el HONOR que redunda en el autorespeto y la autoestima expresados a través de la Dignidad que las personas sienten hacia si mismas como seres humanos capaces de conductas que trazan los límites del respeto a los derechos de uno mismo y ante cuya vulneración nos manifestamos. Una sociedad humillante corrompe a sus miembros y la violación de la integridad moral es condición suficiente para tachar de humillante a una sociedad (pero no necesario).
CONTINÚA…
Describiendo qué es lo que justifica el respeto hacia los seres humanos, y que -siguiendo al maestro Kant– es la capacidad de vivir una vida moral, o sea, la capacidad de reflexionar sobre la vida y ser capaz de cambiarla libremente. En este marco, la humillación es el rechazo de la comunidad humana consistente en actuar como si la persona fuera un objeto o animal…o sea… tratarla como infrahumana.
DE SEGUIDO…
Margalit trata la decencia como concepto social y pone marco al sentido del rechazo y a su relevancia en la humillación. En particular, porque cuando una sociedad rechaza determinadas características de pertenencia, lo que hace con ello es descalificar toda pertenencia que se identifique con ellas y que en muchos casos expresan una identidad… Así, la humillación es el rechazo hacia un grupo incluyente o hacia una persona con legítimo derecho a pertenecer a él, y esa humillación conlleva rechazar el modo en el que se expresa como ser (o grupo) humano, lo cual conlleva ignorarlos
POR OTRO LADO…
El autor plantea el aspecto cultural y establece que en una sociedad decente la CULTURA no debe humillar a nadie y menos hacer uso institucional de representaciones colectivas humillantes desde la cultura dominante. Además, lo humillante en una cultura no es la mera singularización de un grupo o persona, sino el hecho de singularizar con el propósito de distanciarlas y eliminarlas.
FINALIZANDO el desarrollo del libro, se examinan distintas instituciones humanas desde el punto de vista de la decencia o no humillación. En particular destacar instituciones como:
- La PRIVACIDAD, y que en una sociedad decente caracteriza al nivel institucional básico por la no violación de la intimidad de los individuos que la componen. Por el contrario, la violación de la intimidad es un acto propio de humillación porque se trata de invadir un espacio propio-privado.
- El ESTADO DE BIENESTAR, y que es el modelo necesario para establecer una sociedad decente y erradicar la humillación institucional en materias tales como: la pobreza, el desempleo, la enfermedad. Por ejemplo, mediante acciones/políticas de:
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- a) Eliminación de las condiciones de vida degradantes que conllevan la
- b) Eliminación de la pobreza sin recurrir a la lástima-caridad y sólo recurriendo a principios de Derecho.
- c) La protección de los ciudadanos frente al desempleo masivo para garantizar los subsidios.
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- CASTIGO, institución entendida como una acción comunicativa que transmite que el delito va unido a la pena y donde la preocupación se traslada esencialmente a preservar la Dignidad de los presos.
CONCLUSION
El libro plantea que la filosofía política necesita urgentemente dilucidar una vía que nos permita vivir juntos sin humillaciones y con dignidad. Pero en la actualidad, la filosofía centra su atención en el ideal de la sociedad justa basada en el equilibrio entre libertad e igualdad, una concepción del filósofo político Rawls que defiende que la sociedad justa se fundamente en dos principios de justicia cuyo objetivo es la distribución justa de bienes primarios. Principios que son:
- Que toda persona ha de tener igual derecho al más amplio sistema de libertades básicas compatibles con un sistema similar de libertades para todos.
- Que las diferencias económicas y sociales deben de satisfacer dos condiciones: 1)la de beneficiar a los desfavorecidos y b) la de que cargos y funciones sean asequibles a todos bajo una justa igualdad de oportunidades
Este ideal de sociedad justa es admirable, sí, pero difícil de llevar a la práctica… Requiere mucho tiempo… En cambio, el ideal de la sociedad decente se puede materializar con relativa prontitud.
En fin, exigir conjuntamente una sociedad decente y justa implica distribuir bienes de manera justa y eficiente, y tener en cuenta el talante de la distribución, sin humillaciones.
¿Y qué es más prioritario?, ¿contar con una sociedad decente o con una sociedad justa?.
Margalit lo resuelve dando prioridad a la sociedad decente, y para ello parte del contexto concreto en el que vivimos, con todas las indignantes humillaciones que tan difícil hacen la vida en el mundo. Prioriza una sociedad decente donde la humildad y el honor fungen como aspectos básicos que condicionan el existir humano y que fundamentan la solidaridad y la cooperación. Una sociedad decente que tiene su opuesta en la sociedad indecente, esta marcada por el hecho de que sus instituciones generan un malestar prolongado por la soberbia de quienes las dirigen,
Pero entonces la teoría de la sociedad decente reduce el problema de la justicia e intenta ser una macroética. Una especie de ética social que contempla la vida ciudadana desde sus instituciones, y cuya realización última es evitar la falta de respeto a cualquier ciudadano. Unas instituciones cuyas conductas se plasmen en tratar de impedir, a toda costa, que las personas se sientan humilladas por condiciones que no aseguran el buen servicio y la solución de problemas… Además, la teoría de la sociedad decente intenta recuperar la necesidad del diálogo como condición previa de toda libertad, de toda democracia y de todo respeto.
REFLEXIONES
Leer La sociedad decente aporta un punto de vista distinto del que suelen tener los libros más occidentales, probablemente porque parte de la experiencia de Margalit en las fronteras de los conflictos entre palestinos e israelíes. En sentido amplio, conflictos entre humanos.
Hoy, con un recrudecido enfrentamiento palestino-israelí, cabe preguntarse si la decencia parte de cada individuo (nivel micro-moral) y trasciende desde él hacia la sociedad y al mundo (nivel macro-ético), o si por el contrario la decencia tiene su origen en el gran escenario social-mundial hasta llegar configurar la vida de cada individuo. Según a la conclusión a la que se llegue, el abordaje de la instauración de la decencia es diferente.
Lo que emerge del análisis que realiza Margalit respecto a la corrosiva función de la humillación en sus diversas formas, es cómo ser decente, cómo construir una sociedad decente. Lo interesante de este abordaje ético es que la sociedad decente puede ser una realidad siempre y cuando exista inversión en políticas públicas dedicadas a la formación de una ciudadanía crítica. Pero, asimismo, ha de existir inversión para establecer las bases de cumplimiento del bien común a través de las instituciones que forman parte de la vida social y política.
Finalmente, el hecho de elevar la humillación en todas sus posibles formas actuales al rango de categoría política da nuevos aires a nuestros conceptos culturales e institucionales. Quizás aires utópicos, o quizás no.
INDICE del libro para situarse mejor.
Primera parte. El concepto de humillación: 1. Humillación, 2. Derechos. 3. Honor
Segunda parte. Las bases del respeto: 4. La justificación del respeto. 5. La solución escéptica. 6. Tratar a los seres humanos como si fuesen no humanos
Tercera parte. La decencia como concepto social: 7. La paradoja de la humillación. 8. Rechazo. 9. Ciudadanía. 10. Cultura
Cuarta parte. Las instituciones humanas sometidas a examen: 11. Esnobismo. 12. Privacidad. 13. Burocracia. 14.La sociedad de bienestar. 15. Desempleo. 16. Castigo. 17. Conclusión.