Comenzar diciendo que…
Este artículo no lo escribe un profesional. Lo hace una persona con el conocimiento y experiencia necesarios como para transmitir y visibilizar el tema planteado. Tema que en esencia trata del Saber, Pedir y Convivir del/con el mercado financiero en los momentos de mayor adversidad y cuando la posibilidad de crecimiento personal queda comprometida.
Dicho lo anterior,
ahora presento el escenario planteado.
Muy sintéticamente… Todo cambia radicalmente en una vida corriente cuando te ves obligado a dar prioridad absoluta al control del gasto. Todos alguna vez hemos transitado por aquí. Una especie de “bache” del que normalmente se sale. Pero a veces no se trata de un bache, sino más bien de un “socavón”. Un socavón producido por el deterioro físico consecuencia del grave accidente sufrido y a lo que muchas veces se le suma la necesidad de anticipar un empeoramiento de las condiciones…. ¡Ya lo sé!... Es normal que todos empeoremos nuestras condiciones físicas con los años y con esta normalidad vital hay que “tirar para adelante”… Pero cuanto ya partes con un deterioro irreversible, las condiciones para el resto de tu vida ya quedan comprometidas y eso ya te aleja de una vida normal. O sea, que quedas condenado a transitar por un escenario de evidente desigualdad “normalizada”.
Bien. Pues con esta carga a cuestas, lo mejor para la persona afectada es ponerse en lo peor antes de que ocurra, porque de otra manera, poco podrá hacer llegado el caso salvo “ir a salto de mata” según se vayan produciendo los acontecimientos, cosa que ya es perder el control sobre las necesidades de uno mismo porque entonces ya no podrá tomar decisiones con libertad, sólo las más evidentes y ya con prisas.
Y… Mantener el control sobre la satisfacción de las necesidades propias pasa por el dinero. Éste es un claro indicador de los caminos que se mantienen abiertos… Según el dinero que se tenga, se podrá transitar por un sitio o por otro. Esa es a realidad.
¿Y de dónde sacar dinero cuando quedas fuera de una vida normal o, quizás, dentro de una desigualdad normalizada?
En primer lugar -y probablemente sea la fuente más importante-, el dinero puede provenir de la indemnización que te corresponda, si es que la hay. Aquí es muy importante ir acompañado por un buen profesional.
En segundo lugar -y esto forma parte de tu día a día-, una parte del dinero, o su equivalente, puede provenir de las ayudas/beneficios sociales que te correspondan… Yo, por ejemplo, con una pensión de incapacidad y una discapacidad alta, he podido acceder a beneficios sociales y fiscales diversos que siempre ayudan -pe. rebajas en el IRPF, farmacia, ayudas técnicas, adaptaciones vivienda, descuentos en el transporte público, en ocio y cultura, en educación, en actividades lúdico-deportivas-.
En tercer lugar -y esto ya remite también al mantenimiento de la propia autoestima-, parte del dinero puede tener su origen en tu propio trabajo personal… Yo, por ejemplo, con una incapacidad permanente y tras intentar la vuelta al mercado laboral sin éxito, me hice autónoma.
En cuarto lugar y último lugar, yo puse mi mirada en el Mercado financiero, y en particular, me centré en la planificación financiera con el objetivo de ayudar a cubrir mis necesidades por su grado de urgencia. Es decir: a muy corto plazo (1-2 años), a corto plazo (3-4 años), a medio plazo (5-7) años y a largo plazo (más de 7 años)…. El objetivo fundamental era no tener nunca menos capital de lo que tenía un año antes, o sea, al menos mantener ese dinero inicial. Y ya, a medio-largo plazo, el objetivo consistía en tener siempre el dinero revalorizado a fecha para así al menos poder comprar lo mismo que puedo comprar hoy, además de contar con un dinero adicional para atender una parte de las necesidades sobrevenidas que se me presenten. Y digo parte porque…, para mantener una buena salud mental…, es mejor quitarse de la cabeza eso de que las inversiones lo van cubrir todo. A mi juicio lo óptimo es plantearlas como una ayuda; ayuda que en el mejor de los casos puede tratarse de “una buena ayuda”.
¿Y cuáles son las necesidades sobrevenidas de mañana que necesitan de ayuda?
IMPORTANTE En estas cosas es importante tener las cosas claras y bien cuantificadas. Los “futuribles” se apoyan en la subjetividad y te “lían” más que “ayudan”. Mejor trabajar desde la realidad objetiva.
Pues bien.
En mi caso concreto las necesidades de mañana (objetivas) se resumen en una residencia sociosanitaria donde sobrellevar mis dolencias. Una cantidad importante de dinero que los seguros vida-dependencia ya me niegan hoy.
Y si los seguros me lo niegan ¿Qué puedo hacer yo?
Bueno. Pues partiendo de esta desigualdad normalizada, aquí ya entramos de lleno en la ayuda que puede aportar el mundo financiero.
Primero te dejo tres webs que a mí me resultaron muy útiles en lo elemental. Son:
Conceptos básicos de inversiones que debes de conocer
Conceptos básicos de inversión: ¿Qué saber antes de empezar?
CNMV – Comisión Nacional del Mercado de Valores donde dispones de una sección llamada Inversiones y educación financiera para aprender.
Yo te RECOMIENDO empieces siempre por los conceptos básicos, para ya desde ahí, profundizar en el sentido, la posibilidad y la realización de tu independencia financiera, esta última entendida como la capacidad de gestionar tus dineros e inversiones; cuestiones que también construyen tu vida… Y si te ves superado (o sin ganas), te recomiendo recurras a un gestor para que te lleve un plan personalizado a tu medida, porque… ¡Créeme!…, una gestión financiera personalizada puede ayudarte a combatir problemas que puedas tener consecuencia de la adversidad sufrida; y si no has sufrido ninguna, pues una buena gestión financiera es una ayuda para protegerte frente a potenciales adversidades.
¡¡¡AVISOS!!!
Si tus conocimiento financieros son inexistentes, recurre a un gestor hasta que aprendas…
Si tus conocimiento financieros son mínimos, ten muy claro que te llevará tiempo aprender lo básico, otro tiempo más probar lo aprendido, y más tiempo aún ajustar y dar con la forma de inversión adecuada y que puedas seguir.
O sea, tiempo y paciencia.
El objetivo principal de una buena gestión financiera personalizada no es un tema menor… Se trata de prever-conocer tus necesidades financieras (o sea, de dinero) a lo largo del tiempo y a partir de ahí buscar los productos que puedan satisfacerlas. Y todo ello siempre bajo un (exigente) control de riesgos, porque en el mundo financiero-inversor el futuro no se ajusta “a priori y con certeza” a ningún patrón pre-establecido, o lo que es lo mismo, nunca tendrás la seguridad de poder ganar lo que deseas o esperas ganar, y siempre tendrás la posibilidad de perder dinero que no esperabas perder…
Parte del secreto está en manejar los riesgos lo mejor posible para que una materialización de alguno de ellos sólo te suponga un trastorno menor, como mucho, hacerte volver a la casilla de salida para recomponerte… Y así dicho, parece MUY FACIL, pero en la práctica TODO SE COMPLICA, y a veces mucho. Además, lo normal es que tus necesidades financieras sólo queden cubiertas en una parte (a veces la menor) por productos de inversión, HAY QUE SER REALISTA, las “fuentes o grifos de dinero” no existen.
¡A ver, A ver! No ponerse nervioso, La buena noticia es que hay distintos productos financieros y que puedes elegir (o hacerlo tu gestor) entre ellos y/o combinarlos a lo largo del tiempo en función del riesgo que puedes-quieres asumir.
¡Es verdad! El mundo en el que vivimos está creado para mover el dinero y eso está en la misma esencia del capitalismo. Pero precisamente hay que aprender a moverlo con sentido de oportunidad personal. Y aquí no hablamos de “volvernos ricos”, sino de satisfacer necesidades vital-existenciales.,, Dos cosas bien distintas… Una es contar con la oportunidad de malgastar -algo que todos vivimos y ejercemos alguna vez-. La otra es contar con la oportunidad de vivir, al menos, con una calidad de vida media, algo que al fin y al cabo es a lo mínimo a lo que aspiramos todos.
Mi experiencia concreta.
Yo ya venía de ámbitos profesionales próximos a las finanzas, de manera que conocía sus fundamentos y principios básicos. No me fue muy difícil profundizar. ¡Ahora bien!, me llevó su tiempo… Lo más complicado y creativo fue determinar el dinero que iba a necesitar a lo largo del tiempo ¡y eso que me centré en máximos!, y cuando digo máximos quiero decir en rangos de dinero que cubrieran suficientemente mis necesidades máximas, en particular, y en el medio-largo plazo, una parte importante de una residencia sociosanitaria.
Con estos mimbres ya entré en el conocimiento en profundidad de las inversiones financieras y en lo que podía esperar de ellas. Así aprendí que básicamente “para inexpertos” como yo, hay tres maneras de invertir. Ya el cómo lo hagas depende del riesgo que estés dispuesto asumir (Y en la inversión directa de compra-venta de valores ni entro porque para esto se requieren conocimientos, capacidades, dedicación y una tolerancia al riesgo muy considerable).
¡¡¡AVISO!!!
Si no tienes posibilidad o interés en dedicarle tiempo a conocer ésto, habla mejor con un gestor… Ahora bien, por propia experiencia te puedo decir que embarcándote en esta empresa personal aprendes mucho del mundo en el que vivimos y de ti mismo. Es una forma de mejorar en aspectos de tu vida (social) que no conocías y también es una forma de progresar en tu independencia que, no nos engañemos, siempre pasa por el dinero.
Bien. Pues sigamos… En mi experiencia, las tres formas básicas de invertir sin ser un experto son:
- Invertir a largo plazo en un fondo de inversión indexado a un índice de referencia.
Lo bueno que tiene invertir aquí, es que la medida de referencia ya la tiene incorporada el propio fondo y éste busca replicarla. Básicamente, se trata de un fondo que contiene activos que componen un índice –y en su misma proporción–, de manera que sea una buena medida de su evolución. Así, cuando el índice suba, el fondo indexado subirá (porque le replica), y viceversa. Por ejemplo, un fondo indexado al IBEX35 contendrá activos de este mercado y en equivalente proporción, de manera que lógicamente el fondo tenderá a comportarse como este mercado de valores que queda expresado en su índice.
En la web puedes encontrar mucha información al respecto (¡selecciónala bien! De operadores reconocidos). Por resumir, los fondos indexados cuentan con las siguientes VENTAJAS:
- El seguimiento es sencillo y al alcance de cualquier perfil de inversor.
- Los costes de gestión (en otras palabras, las comisiones) son mínimos porque los gestores simplemente trabajan para replicar el índice, no para batirle.
- Facilitan la diversificación… Cuanto más diversidad, más compensación de riesgos.
- Los plazos de inversión que contemplan (normalmente 10 – 15 años) dan tiempo suficiente para que se superen las crisis o se hagan las correcciones oportunas. Como diría el refrán “el tiempo lo cura todo” -en este caso. cura lo malo que ocurra-.
- Se apoyan en la gestión automatizada con robo advisor, un producto profesional que a través de preguntas concretas al potencial inversor, le propone una construcción de la cartera óptima; preguntas que guardan relación con las cuatro las variables que mayor peso tienen en la construcción del perfil de riesgo y que son:
a) La edad. Cuanto más joven se es, más capacidad para asumir el riesgo de una inversión de alta rentabilidad, porque hay más tiempo para corregir pérdidas.
b) El miedo ante la pérdida económica. A más miedo, menos riesgo se ha de asumir porque, ante todo, lo primero es nuestra tranquilidad mental.
c) Los plazos de la inversión. A corto plazo, las inversiones tienden a ser más conservadoras, mientras que las pensadas para el largo plazo (como tiende a ser el caso de los fondos indexados) toleran mayor riesgo en la línea de lo ya dicho en a).
d) La estabilidad de los ingresos. Cuanto más asegurada esté una fuente económica recurrente, más riesgo asumible. Lo primero y básico es tener cubiertas las necesidades del día a día, y salvada esta exigencia, ya se puede pensar en invertir con mayor riesgo.
- Una última ventaja es que los Robo Advisors, tras aplicar fórmulas matemáticas para analizar el perfil de cada cliente, indican la cantidad óptima a invertir, cantidad que a su vez se puede modificar para que se adapte más concretamente al perfil de riesgo o a las cantidades que se esperan conseguir en X plazo.
EN RESUMEN: yo recomiendo esta inversión a quien disponga de ahorro para aumentarlo a largo plazo y no quiera depender de la gestión directa de terceros. Ahora bien, con prudencia y siendo consciente de cómo evoluciona el mercado… Por contra, no es el producto ideal para aquellos inversores que prefieran la auto gestión de sus finanzas.
2. La segunda forma de inversión propuesta es la de invertir de manera tradicional en una cartera de empresas a través de fondos de inversión que gestionan terceros -cartera activa-.
Muy resumido, se trata de inversiones que gestionan otros a tu nombre a cambio de unas comisiones establecidas.
La diferencia con los indexados es que en éstos no debes de esperar mejores rentabilidades que las del índice de referencia, mientras que en los fondos tradicionales sí las puedes esperar porque depende de la buena gestión inversora. Ahora bien, por supuesto puedes perder, ya sea porque los mercados no vayan bien, ya sea porque la gestión no sea buena.
EN RESUMEN. Esta digamos que es la opción más cómoda porque pagas a otros para que te hagan la gestión (es su trabajo). Pero en ningún caso te garantizan beneficios. Sólo dejas en manos de terceros el buen quehacer gestor, porque de eso ellos saben más que tú. O sea, la confianza es un aspecto esencial (o como dicen algunos: se trata más bien de una
cuestión de fe)
3. La tercera y última forma de inversión propuesta es invertir en deuda pública de Estados (letras, bonos con diferentes plazos). Digamos que aquí es donde existe el menor riesgo porque el dinero queda respaldado por el Estado, el cual sólo en situaciones extremas va a quebrar. Pero es aquí también donde se dan las menores ganancias comparativamente, eso sí, siempre hay que tener en mente la coyuntura del momento, porque, por ejemplo, un 3% en letras del tesoro a un año cuando el “mercado está revuelto”, no es una mala inversión si piensas, por ejemplo, que dentro de un año puedes comprar algo más gracias a la rentabilidad recibida por el dinero invertido o ya colocarlo en productos más agresivos.
Esta inversión la puedes realizar a través de gestores o por tu cuenta directamente a través del Tesoro público.
EN RESUMEN: Digamos esta es la opción más conservadora. Es como respirar con los pulmones del Estado… Pero tampoco está exenta de riesgos como ya se ha comentado.
Pues bien.
Optar por una u otra inversión depende de varios factores, no sólo de los ambientales como la situación económica del momento, o de los personales como tu predisposición a gestionar tus dineros. También cuentan otros factores más subjetivos que guardan relación con el uso/disfrute personal del dinero. Yo los resumo en tres: el romanticismo, la necesidad, y la participación…
- El Como actitud, guarda relación con una visión del dinero como algo trascendente a la propia persona en el sentido de que su tenencia y uso pueden traspasar escenarios y cambiar las cosas… ¿Quién no ha pensado alguna vez que con su dinero (también bajo la forma de inversión) podría solucionar la desnutrición de un niño en el tercer mundo? Y a veces es así.
- La necesidad. En un sentido pragmático, tiene que ver con una visión del dinero como mero instrumento para el bienestar personal -puro utilitarismo capitalista-. Fundamentalmente es el aspecto al que nos referimos aquí. Se trata de disponer de dinero suficiente para mejorar o mantener la calidad de vida, cuestión a la que aspiramos todos.
- La participación. En su aspecto social, fundamenta la idea de que el dinero es una especie de ticket que proporciona a cada individuo una determinada posición en la sociedad.. ¿Quién no ha pensado alguna vez que ser inversor en una empresa le coloca el primero en la lista para recibir sus productos/servicios?
En fin.
Lo esencial del mundo de las inversiones, a mi juicio, es que pueden ayudarte a mantener (a veces mejorar) tu nivel de vida y a establecer tu posición en la vida social. A aquélla porque primero tienes que vivir (con bienestar) y a ésta porque has de hacerlo dentro del edificio de la convivencia social en el que vivimos todos… Ambos son elementos clave para el desarrollo de cualquier persona.
Ahora bien. ¡Mejor tenerlo claro! Salvo excepciones, no te harás rico con lo que inviertas. No se trata de un antes y un después. No pienses que mañana podrás “vivir como un rey” gracias a lo invertido hoy. Las ganancias son proporcionales a la inversión. Si inviertes mucho, podrás ganar más (o perder). Si inviertes poco, las ganancias pueden servirte para “darte algún gusto”… Digamos que el “vivir bien” ya viene de antes. Las ganancias por el dinero invertido te harán vivir algo mejor, o al menos, no vivir peor si se te presenta una adversidad. Pero… ¡OJO! También puedes perder. ¡Se prudente!
Por último, sólo desear que estos breves apuntes te sirvan para entender tu posición -y posibilidades- en el mundo financiero y también el papel que puede jugar en tu vida.